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NOTAS

¿Qué sabemos de poda?

  • Foto del escritor: ECOlógica
    ECOlógica
  • 20 ago 2018
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 23 ago 2018


Si bien los árboles del bosque crecen de forma correcta únicamente con la poda natural, los árboles ornamentales requieren un mayor nivel de cuidado para mantener su integridad estructural y su estética. La poda debe realizarse teniendo en cuenta la biología del árbol. Una poda incorrecta puede provocar un daño permanente o, incluso, acortar la vida del árbol. Entender las necesidades de poda de los árboles maduros y las técnicas correctas de poda para su cuidado es esencial. La poda es el procedimiento más habitual en el mantenimiento de los árboles, aunque no debería eliminarse ninguna rama sin un motivo.


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¿Por qué podar? Los motivos habituales para la poda son retirar ramas muertas, mejorar la forma y la reducción de riesgos. También pueden podarse para incrementar la entrada de luz y aire al interior de la copa del árbol o al entorno situado por debajo. El aclarado rutinario no mejora necesariamente la salud del árbol.

Los árboles producen una corona de hojas densa para fabricar el azúcar que utilizan como energía para crecer y desarrollarse. La eliminación del follaje mediante la poda puede reducir el crecimiento y las reservas de energía almacenadas. Una poda intensa puede afectar negativamente y de forma significativa a la salud del árbol, puede reducir el crecimiento y las reservas de energía almacenadas.

¿Cuándo podar? El crecimiento y la cicatrización de heridas se maximizan si la poda de las ramas vivas se realiza en invierno o antes de que se inicie el crecimiento, a principios de la primavera. La eliminación de ramas enfermas, rotas o muertas puede realizarse durante cualquier estación, ya que provoca pocos efectos negativos para el árbol. Los cortes de poda deben efectuarse justo por fuera del cuello de la rama. El cuello de la rama contiene tejido del tronco o de la rama madre y no debe dañarse o eliminarse. Si el cuello ha crecido en una rama muerta que debe eliminarse, debe realizarse el corte justo por encima del mismo. No debe cortarse el cuello. Si debe retirarse una rama de grandes dimensiones, es necesario reducir su peso antes. Esto se logra realizando un corte a una distancia de entre 12 y 18 pulgadas (30 a 46 cm) del punto de inserción de la rama. Se realiza un segundo corte en la parte superior, directamente encima o a pocas pulgadas del cuello. Así, se retira la rama, dejando un muñón. Para retirarlo, debe cortarse hasta el cuello. Esta técnica reduce la posibilidad de dañar la corteza.


Técnicas de poda La limpieza consiste en la eliminación de las ramas muertas, moribundas, enfermas, con una débil inserción o con poco vigor, de la copa de un árbol. El aclarado consiste en la retirada selectiva de ramas para mejorar la estructura e incrementar la penetración de la luz y el movimiento del aire a través de la copa, abriendo así el follaje de un árbol. Esto reduce el peso de las ramas pesadas y ayuda a mantener la forma natural del árbol.

La elevación consiste en la eliminación de las ramas inferiores de un árbol para proporcionar espacio abajo para transitar o mejorar la visibilidad.

La reducción consiste en disminuir el tamaño de un árbol, a menudo con el objetivo de proporcionar espacio para las líneas eléctricas o bien para controlar riesgos de roturas y vuelcos. La reducción de la altura o extensión de un árbol se obtiene podando las ramas principales y las terminales hasta aquellas ramas secundarias que son suficientemente grandes como para asumir el rol terminal.


¿Qué cantidad debe podarse? La cantidad de tejido vivo que debería eliminarse está en función del tamaño, el tipo y la edad del árbol, así como de los objetivos de la poda. Los árboles más jóvenes toleran mejor la eliminación de un porcentaje más elevado de tejido vivo que los árboles adultos. Como norma general, no debe retirarse más del 25 % de la copa de una sola vez, y el porcentaje debe ser inferior en árboles adultos.


Contratar a una persona con experiencia en poda

La poda de árboles de gran tamaño puede resultar peligrosa. Si la poda requiere trabajar en altura o utilizar equipo a motor, es recomendable contratar a un profesional quien puede determinar el tipo de poda necesario para mejorar la salud, el aspecto y la seguridad de sus árboles.


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Poda en frutales Existen diferentes objetivos de poda en un árbol frutal como formar, acelerar, mejorar fructificación, sanear y rejuvenecer. Debemos tener en cuenta algunos términos comunes como: -Acortamiento (favorece el crecimiento vegetal) -Despuntado (da lugar a crecimiento lateral) -Raleo (reduce densidad y da luz) -Deschuponado (evita pérdida de energía)


Poda de Formación Se realiza durante los primeros años para lograr una estructura equilibrada y mayor actividad vegetativa en ausencia de fructificación. Se debe formar la estructura en el menor tiempo posible eligiendo las ramas que serán el esqueleto cuando están en estado de brote, guiar las ramas de renovación y seleccionar las guías buscando dominancia.


Poda de fructificación o de floración Se aplica a árboles adultos para regular forma y actividad vegetativa y productiva; se aplica aquí el raleo y el acortamiento de ramas. En árboles viejos y poco productivos eliminar ramas secas o enfermas, sacar brotes desubicados o chupones y apertura de la copa.


Cierre de heridas Si bien hay otros factores que favorecen la enfermedad o el ataque de plagas , una forma de prevención es “cicatrizar” cada vez que se realizan cortes ,pudiéndose elegir entre preparados caseros o cicatrizantes que existen en el mercado. La pasta biodinámica para árboles, por ejemplo, es una cobertura que se aplica en el tronco teniendo como principal objetivo la nutrición en el período de dormancia, preparando al árbol para el rebrote de primavera. También provee protección en la cicatrización de los cortes de poda y donde se ha perdido la protección natural de la corteza.

Recomendaciones en cuanto al desecho de poda Tanto a nivel público como privado, lo idóneo al momento de desechar los restos de poda es convertirlos en astillas o chips. Esto vale tanto para grandes ramas como para hojas. Estos pequeños trozos pueden ser utilizados para generar pellets (biomasa), coberturas orgánicas, o bien para el compost; lo cual mejora enormemente la materia orgánica de nuestros suelos y con ello recuperar espacios para huerta u otras producciones vegetales. Teniendo en cuenta para esto, que solo se recupera rama sana y la enferma se elimina o saca del predio. Con este proceso logramos dos objetivos; no contaminar el medio ambiente, como suele pasar, terminando los restos de poda en el basural o quemándolos. Y además alimentamos la tierra. Los restos de poda al haberlos triturado se quedan en el suelo y esos restos se van descomponiendo que en el tiempo se van convirtiendo en materia orgánica para el suelo.

Nota: María Laura Tiburcio, Técnica Agrónoma - Agroecología Fotos: Martín Salerno



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