Actividades en la huerta de otoño-invierno
- ECOlógica
- 23 jun 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 23 ago 2018

Al contrario de lo que se suele pensar, muchas y diversas son las tareas a realizar en nuestro huerto con la llegada de los días fríos y cortos. Es una época del año que requiere dedicación y trabajo en diversos quehaceres como recolección y almacenamiento de las semillas de la cosecha de verano, elaboración de conservas, preparación de la tierra, cosecha y disposición de abonos, preparación de plantines, además, claro, de la preparación de los nuevos cultivos, que no son pocos. Hay hortalizas que agradecen esta época más fría, asimismo de las que se adaptan bien y podemos sembrarlas todo el año. También comienza la estación ideal para realizar trasplantes, podas, reproducción de plantas y plantación de árboles y arbustos.
Especies como la zanahoria, lechuga, achicoria, rabanito, acelga, apio, perejil y remolacha son aptas para sembrarlas todo el año. Mientras que tenemos las que son propias de otoño e invierno, prosperando a más bajas temperaturas como la cebolla, ajo, arveja, haba, brócoli, coliflor, espinaca, puerro, repollo, coles de Bruselas.

Una recomendación, también propia de esta época es sembrar caléndulas cercanas al huerto. Una planta que se adapta todo tipo de suelos y, además de embellecer el entorno, es una excelente opción para combatir insectos, atrayéndolos por sus vibrantes colores amarillos y naranjas y así alejándolos de nuestros futuros alimentos. Otras opciones florales meritorias para tener en cuenta pueden ser la consuelda, copete, capuchina, margarita.
Algo de suma importancia es siempre mantener la biodiversidad tanto en plantas anuales como perennes, las siempre nombradas aromáticas, como cualquier otra; cultivando distintas especies en nuestro entorno.
De mayo a agosto (meses sin R) es la época idónea para podar nuestros árboles y arbustos. Una práctica por la cual quitamos partes de una planta de forma selectiva para controlar su correcto crecimiento y estado de salud, por lo que la ayudará a crecer más vigorosa y alargar su vida. Siempre consideremos utilizar herramientas bien afiladas y desinfectadas, hacer cortes limpios y en diagonal, no podar luego de una lluvia y preferentemente hacerlo con luna nueva.
Si tenemos la posibilidad de proteger nuestros cultivos para minimizar el impacto del frío y del viento lograremos una cosecha mejor y más abundante, además reduciremos los tiempos hasta la cosecha. También nos servirán para preparar los plantines de las especies de verano como los tomates y las berenjenas. Existes algunas maneras de hacerlo, los invernaderos o invernáculos por ejemplo son quizás la mejor manera pero conllevan cierta complejidad de construcción. Son estructuras de madera o metálicas con una cubierta de polietileno traslucido, generalmente. Su gran tamaño nos permite entrar a pie y acortar las variaciones de temperatura dentro del mismo. Otra opción más sencilla para proteger nuestros cultivos son los túneles, donde formamos arcos, en lo posible con materiales de la zona, sino con alambre de alta resistencia o hierros para la construcción; los colocamos uno al lado de otro con una distancia aproximada de 80cm y los cubrimos con polietileno traslucido de 100 o 150 micrones. Otra forma de protección y la más sencilla es cubrir los plantines individualmente con botellas PET transparentes cortadas en la base.


Nota: Revista ECOlógica
Fotos: Martín Salerno

Comments